Hay quien confía en la suerte. Hay quien tiene suerte. Y hay quien se labra su propia suerte. A todos nos gustaría tenerla siempre de nuestro lado, pero no es una compañera de viaje perenne. Ni mucho menos; va y viene a lo largo de nuestro trayecto. Entonces, ¿cuál es la clave para que no sea efímera?
“La cosa está fatal, sí, pero la clave es cómo te enfrentas tú a la situación actual”. Así opina Borja Milans del Bosch, coach ejecutivo del Instituto de Empresa (IE), en referencia al incierto panorama laboral y social al que nos enfrentamos hoy en día. En el evento de networking de Womenalia en tu ciudad, celebrado en Madrid este mes de noviembre, se ofrecieron las claves para promover un pensamiento ganador.
Erasmo de Rotterdam decía que “el talento oculto no produce reputación”. ¿Moraleja? Si eres bueno en algo debes mostrarlo al mundo, porque sólo así los demás serán conocedores de tu talento. En este sentido, los grupos profesionales de Linkedin te ofrecen una oportunidad única para aumentar la visibilidad de tu perfil y exponer tu conocimiento específico en áreas de tu sector. Además, te permiten conectar con gente que, probablemente, no habrías podido contactar de otro modo. Y, lo más importante de todo, es que se han convertido en una gran herramienta para consolidar tu marca personal.
La percepción que los demás tienen de nosotros es vinculante a la hora de determinar cuál es nuestra marca personal. Por ese motivo, tal y como vimos en el post la marca personal como elemento diferenciador, es de vital importancia trabajar nuestro personal branding de forma minuciosa.
La capacidad de conectar con las personas es una de las habilidades más importantes que pueden aprenderse. Cada persona que conoces es una oportunidad para ayudar y ser ayudado. Todo se reduce a una simple ecuación: en función de lo que des, se determinará lo que recibas a cambio. Ya lo decían los romanos: “Do ut des” = “Da y recibirás”.
“Todo el mundo ve lo que pareces ser, pocos saben de verdad qué eres”, dijo un buen día Maquiavelo. ¿Moraleja? Somos marcas. Todos y cada uno de nosotros nos hemos convertido en una. La creciente dificultad para acceder a un mundo profesional cada vez más competitivo y abarrotado ha propulsado la inminente necesidad de diferenciarnos a través de nuestro personal branding. ¿Cómo lograrlo? Winston Churchill dio en su momento una pista reveladora: “la preparación es, si no la clave del genio, por lo menos la clave para parecer un genio”.
Cuando se trata de crear una impresión, la diferenciación es la clave de todo. La consecuencia final [del valor de tu marca personal] se reduce a escoger entre ser distinto o “desaparecer”. Muchos son los que dicen que ser invisible es un destino mucho peor que fracasar, por eso hay que esforzarse en permanecer activo y destacar entre tu red de contactos.
Cuando alguien se da de alta por primera vez en Twitter y no ha subido una foto a su perfil, Twitter le otorga por defecto la imagen de un huevo. La variedad cromática del color de fondo es amplia: azul, verde, amarillo, naranja, rojo… Pero el paralelismo con la realidad es el mismo: uno no rompe el cascarón hasta que está listo para ver el mundo.
Intentar diferenciarse, apostar por la creatividad y aportar un valor añadido a tu marca personal son tareas que están a la orden del día. El vertiginoso entorno profesional en el que vivimos nos empuja a dar un paso más a la hora de exponer nuestros logros laborales y académicos. En este sentido, convertir tu currículum en una infografía es una buena opción.
